Yo no sé si las palabras valgan para estas fechas, si alguna palabra nos haya quedado pendiente y sin decir al respecto. Porque claro, hay cosas que no se dijeron, que ni siquiera uno mismo es capaz de decirse cuando se ve al espejo, cosas que se esconden en la arruga pequeñita de la orilla del ojo derecho, dolores que se asoman de pronto, por la comisura de los labios... pero éstas cosas, desde luego, no se alcanzan a decir con palabras.
De muy poco vale decir ahora, justo hoy, lo que pesan las distancias que se deciden y que se permiten. Y de muy poco, también, vale decir que faltan palabras. Todo lo que se quiso decir se dijo; lo que se quedó en el tintero fue a causa de las decisiones, de todas las partes, por el silencio.
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