lunes, 12 de diciembre de 2011

Fotógrafo suicida.





«Cuentan que un famoso fotógrafo marchó desde las espléndidas / torreadas ciudades luminosas a la negra África / allí / buscaba imágenes: / selvas– guerras– revoluciones– hambre– o plagas simios o gente / historias: algo que mostrar– o contar al mundo / un día / vio una niña de dos años en el suelo– llorando– llena de mocos y / babas– sola –echada– sin fuerzas para moverse / lejos de las chabolas de chapa / cerca– esperando su muerte / había un buitre –ganchuda cabeza de carne– encapotado / de plumas negras / entonces / cogió su cámara– ajustó el zoom– encuadró la escena– / calculó la luz y disparó el interruptor / varias docenas de veces / hizo algunas fotos– unas fotos terribles y hermosas / (porque todo lo hermoso es silencioso y terrible) / después / se sentó y esperó… / esperó / para ver qué sucedía… / pero / tras más de dos horas nada había cambiado… / la niña lloraba… el buitre seguía esperando… / y todo continuaba su curso / al rato se fue / se dio la vuelta y / se marchó de allí / no hizo nada / ¿quién sabe por qué? …quizá / no quería intervenir… quizá le pareció / que no podía hacer nada o que aquello / no era profesional… ¿quién sabe? / el caso es / que / cuentan / que a los pocos meses de aquello se / suicidó / se suicidó / en su apartamento / en / medio / de / las torreadas luminosas ciudades». Este poema, escrito por Ricardo Moreno, pertenece a su libro ABRXIA 365, publicado en 2009 en la editorial Huacanamo, donde relata el suicidio del reportero gráfico sudafricano, Kevin Carter, ganador del Premio Pulitzer, en el año 1994, por esta fotografía.  «Todo cual auténtico motor de la historia es una puta ficción consensuada .


"Es la foto más importante de mi carrera, pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niñ", dijo el fotógrafo sudafricano, Kevin Carter, al recoger el premio Pullitzer en mayo de 1994.

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