lunes, 12 de diciembre de 2011

Rojo atardecer.


Somos generación de almas sin vida.
Hijos no deseados
De Dios.
Ni siquiera tuvimos olor a leche
Nacimos siendo obreros
Con el color del cansancio en la boca.
Pobres vástagos
Buscando lo imbuscable.
Lo escondido en la escoria
Del sentimiento paterno.
Porque hubo que ser padres,
y tuvimos que ser hijos.

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