miércoles, 4 de enero de 2012



En el poso del café , la curva de la espalda -espina dorsal del alma- donde el infinito se pierde dejando difusa la distancia entre las trincheras. La guerra estalló y el tedio de las banderas blancas no deja ver el sol, que las quema sin piedad. No hay tregua, pero cada vez es más intensa la intoxicación objetiva de los fusiles que disparan a discreción sin distinguir aliados de enemigos.

Voy a alzar un fuerte ,que proteja a la incontrolable que hay en mí ,de las calles desiertas, nocturnas que acechan sin piedad, de niños llorando e hilo musical trágico. La toxicidad tan dulce que mana incesante es una atracción fatal y necesaria.

...98, 99 y 100. Un voy rompe el silencio, pero nadie llega y disfrazando de desfase la derrota, todo un batallón observa tras la vidriera ,-mi cristalino-, la frialdad del campo de batalla, lleno ya de zarzas y silencio. 

Explícame como nace el sol en nuestra tierra plana, en qué porción el arsénico forma parte de la acuosidad de tus ojos y ahora,calla, que en batallas perdidas es un gozo el silencio nuclear de ausencias, recuerdos y otras enfermedades. Tu ejército regresa ebrio y descansa en los crepúsculos que protegen el inmenso mundo ,que esconde un somier ajado,  liberándolo de viejos fantasmas frutos de sombras y sequía emocional.

Queridos espectadores, aguacero fuera, por si no oyen el grito desgarrado de un cielo que clama humanidad, carreras de obstáculos, inmortalidad efímera y algún ... se perdió la conexión.

... hay todo un mundo, donde la ley no existe y sólo queda aprender a domar mareas. Deséate suerte.

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