Me vi al espejo, podía conquistar
el mundo definitivamente… ahí estaba yo vestida de blanco
pero, no para casarme, era mi
primer día de la escuela de medicina.
Era el primer año en que
implementaban la regla del uso de uniforme blanco para acudir y no mutilar cadáveres en los anfiteatros, la verdad era que esas se convirtieron en las reglas mas nuevas de mi vida,así que yo ahí estaba, con mis zapatos blancos brillosos,
pantalón blanco con su respectiva
raya planchada en medio, blusa blanca y filipina. La filipina era para mi como
un saco de papas con bolsitas padres a los lados para guardar
cosas, después esas bolsitas se convirtieron en el instrumento de supervivencia
para cargar los medicamentos , las notas importantes y los pases que
los médicos te dan en los hospitales, pero aun no, aun no vamos
por allí.
Solo había entrado una sola vez,
y fue para verificar la fechas de inscripción (si, antes tenias que
checar si lo de internet era
cierto) así que yo muy propia llegue, estaciono mama el auto y al bajarme
con un aire de invencibilidad
llega un señor y me dice: -ire señorita, ahí nomas se estacionan los
maestros, osease los DOCTORES,
¿si mueven su carro por favorsito? – Y fue entonces cuando regrese
a la realidad.
No
solamente tuvimos que mover el auto, si no que al bajarme del
polvoriento estacionamiento de
los estudiantes (típico) mis
zapatos brillosos tomaron un color más opaco… algo así como
blanco ostión diría el pintor de
casa, bueno les decía que no solamente me equivoque de
estacionamiento, si no que llegue
DE MA SIA DO temprano y mi salón (por supuesto) estaba
cerrado… oh si.
- ¡pero en la preparatoria no se
cerraban los salones! – mi mente apunto de entrar en pánico.
- Si pero los salones en la prepa
no contaban con equipo de televisión, audio y proyector,
bienvenida a la universidad – mi
mente recobrando su sentido común.
Y ahí… en una banca fuera del aula
, me quedé sentada (¡solo había llegado media hora antes!), poco
a poco empezaron a llegar más
personas como yo: uniformes blancos, sumamente almidonados
(obvio sacas el uniforme de la
bolsa y sin plancharlos te los pones y hasta se notan los dobleces),
filipinas y con una cara de: yo
voy a conquistar el mundo… justo como la mía.
Solo los de primero se
presentaban esa semana para curso de introducción, donde básicamente te
dicen durante una semana:
felicidades, son la élite de las carreras, bienvenidos y se aprenden los
primeros 15 capítulos de este
libro y tú por supuesto te ríes pero de nervios porque justo ahí no
importa si puedes conquistar el
mundo, a nadie le importa… primero te tienes que aprender esos
capítulos y LUEGO VEMOS…
No hay comentarios:
Publicar un comentario