-No servia para llevar corbata , solo hacia nudos narrativos.
-Comprendió todo entre tanta nada. Ese todo que nada era.
-Él piedra. Ella lago. Fue una corta historia de ondas en el
agua.
-Pidió permiso para vivir entre paréntesis.
-Ser mujer de ideas cortas no la ayudó a la hora de escribir
microcuentos.
-El ezomeprazol regula el ph gástrico. Pero no elimina las malditas mariposas del
infierno de su estómago.
-La sirena no entendía por qué su príncipe azul tenía
piernas. - ¡Corten! - gritó.
- Las aves de la cárcel volaron, bajo libertad condicional.
-Sobrevivir tantas veces a todas las versiones de este
cuento.
-Cada uno de sus minicuentos era una novela abandonada.
-—¿Qué harás el día que yo ya no esté? —Volver a hablar en
singular.
-La leyenda contará que fuimos imaginarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario