· Se tragó el orgullo. Casi se asfixia.
· Los vendedores de ruinas a veces dejan caer sus piezas para darles más autenticidad.
—
¿Bolsa? — Bolsa. — ¿Guantes? — Guantes. — Bien,
levanta el cuerpo. Me parece escuchar sirenas.
· "Te amo sobre todas las mesas", dice
el. Yo le respondo: Estoy servida.
· Matemáticamente su amor por ella era infinito.
Acto seguido se perdió en el espacio.
· Nos hemos puesto de acuerdo en algo finalmente,
padre: te enterraremos antes de que mueras.
· Ordenó espiar, encarcelar, torturar y matar a
miles. Y al final, no logró averiguar qué era lo que tanto le gustaba del
poder.
· La distancia entre ellos se medía en lenguas.
· Ambos sabían que estaban en una isla desierta,
algún día iban a coincidir.
· Y un día, Caperucita dejó de temerle al lobo...
y él no supo qué hacer.
· Pasó tantas noches pensando en el que ya no
recordaba cómo se dormía.
.
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