Je t'aime

Me invitaron a mirarte un día, aquel día quizá no recuerde con tanta claridad, pero que definitivamente fue el día que marco la historia de lo que es tuyo y mío a la ves. De nuestro. De nosotros. De tu boca que es mía y de mi mano que se convierte en tuya cuando toco tu pecho mientras duermes.
No diré jamás que nunca te amé, si es que no te puedo ver, por que desde que cierro los ojos te siento y no puedo dejar de amarte aun que despierte.
Arrullas mis deseos y enloqueces con una mirada mi desnudes frente a ti, y me tienes completa, sin hipocresía ni falsedad, toda tuya para ti, y todo es mío, cuando tu palma cierra con la mía, y aprietas tus sueños que son míos, para desaparecer en el abismo de un orgasmo.
Tus besos se desvanecen en mi piel, como olas en el océano que chocan contra mi cuerpo falatico, mientras la travesura de tus dedos recorre mi espalda, y las caricias sobre mis piernas desnudas crean el jugueteo simple que provocas y provocaras por siempre en mi mente.
Creas la ilusión de un escenario perdido entre el silencio insoportable de tu mirada, y abres el telón cuando levantas el brazo para recorrer mi cabello y besar mi frente desvaneciéndote en mi mente creando espasmos de adrenalina que se mueven al ritmo de tu cuerpo.
Bajo el agua explota tu boca en la mía, como explota tu pecho cuando morimos de risa y revivimos en un beso.
Tienes el poder de mirarme y detenerme sin pronunciar una palabra, tienes el poder de desnudarme dormida y despertarme en tu sueño, tienes el poder de hacerme decir locuras ciertas sin parar hasta que mi silencio se venga de placer con tus labios deteniendo las palabras que haces nacer.
¿Qué puede ser peor a querer decir tantas cosas y no saber que decir, o saber que decir, pero simplemente jamás decirlo?