La nostalgia de abrir el abanico universal de los detalles
que me apasionan en demasía ,los que considero que valen la pena, con un grado de ser
suficientes para mantenerme viva días enteros sin intervenciones externas; solo con el recuento de las reproducciones
de las palabras estrictamente nombradas
en un orden que las hacen simplemente perfectas. Imágenes. Sonidos.
Me abastecen de mí. Me salvan de la bruma toxica que volatiza desde nuestras pupilas hasta el interior de
nuestras entrañas.
Nostalgia, damas y caballeros de no poder abarcar completos
esos perfiles gustosos esta noche justo antes de
irme a dormir, por que el sueño me arrebata la coherencia, y entonces me quedo ondulando en una nada que se va
convirtiendo, poco a poco en una incoherencia inmortal.
Sentirse tan lejos de
esos gustos que forjan la personalidad, por que al despertar todo se hace de vértices y fronteras espesas.
Solo basta un poco de silencio y el recuerdo viene a mi.
Solo basta un poco de silencio y el recuerdo viene a mi.
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