Trueno mis labios siempre que algo pasa por mi cabeza, es como una manía imparable de sobrevivir a las preguntas sin respuesta que permanecerán como crujidos lentos y continuos.
Se acercan las fechas, en que estaba ansiosa como ahora, solitaria como ahora y escribiendo a altas horas de la madrugada, cosas que seguramente me torturaran si duermo, me harían girar toda la noche como un remolino ebrio sin destino en toda la cama hasta desesperar.
Preguntas que de antemano te sigues llevando a la cama, pero que revolcaste por un rato entre la arena de las hojas y la pluma.
¿Hasta qué punto, te vas de ese lugar, y sabes que nadie vuelve contigo a casa esa noche?, nadie entra entre tus sabanas e intenta introducirse a él origen de esas preguntas que te persiguen por horas, remontando a las ideas que te abordan antes de dormir.
¿Hasta qué punto ya no estás en compañía y dejas entrar el silencio cuando ya no son horas de estar con alguien?, Y te penetran las ideas y las nostalgias más grandes del mundo, que son capaces de desaparecer con el crujido de una pisada.
¿Cuál es el punto de partida, en donde debes continuar sola, porque nadie más puede acompañarte?
Frete a un escenario pintado de sangre y serpentinas, el estridentismo de las ideas marca la pauta, y aunque se habla mucho y se entiende poco, yo solo sé que extrañare mucho, permanecer despierta por horas eternas de madrugada y escuchar mis ideas en lenguajes que no tienen palabras, en lenguajes que quizá nadie entiende o no quieren entender.
Coserse en un caldo de sensaciones, de sensibilidad, y llorar por el simple hecho de que extrañaré mucho escribir mientras siento eso que tu críticas , eso que te es incomprensible, eso que no te importa tanto por el hecho de ser diferente.
¿Cuándo debo saber el momento indicado, en el que yo sigo y tú no sigues con migo, aun que te encuentres allí?
Espero el momento, en el que aunque se me estén disolviendo las rodillas por temblar de manera incomprensible, deba dar el primer paso de toda mi vida, y levantar la mirada como si fuera la mujer más fuerte del mundo, sintiendo mis escritos hechos bolita dentro de mi abrigo, mientras los presiono fuertemente, y recordando en las siguientes madrugadas en que permaneceré muy despierta, que en algún momento estuve aquí abusando del café ,divagando sobre las cosas más recónditas de mi mente y trabajando el papel como si se labrara la tierra con los dedos.
Espero el momento en el que aun así, puedas acompañarme a donde voy, y no me dejes olvidar, que en algún momento fui una espora incomprendida que no era capaz de comunicarse, si no era escribiendo.
Se acercan las fechas, en que estaba ansiosa como ahora, solitaria como ahora y escribiendo a altas horas de la madrugada, cosas que seguramente me torturaran si duermo, me harían girar toda la noche como un remolino ebrio sin destino en toda la cama hasta desesperar.
Preguntas que de antemano te sigues llevando a la cama, pero que revolcaste por un rato entre la arena de las hojas y la pluma.
¿Hasta qué punto, te vas de ese lugar, y sabes que nadie vuelve contigo a casa esa noche?, nadie entra entre tus sabanas e intenta introducirse a él origen de esas preguntas que te persiguen por horas, remontando a las ideas que te abordan antes de dormir.
¿Hasta qué punto ya no estás en compañía y dejas entrar el silencio cuando ya no son horas de estar con alguien?, Y te penetran las ideas y las nostalgias más grandes del mundo, que son capaces de desaparecer con el crujido de una pisada.
¿Cuál es el punto de partida, en donde debes continuar sola, porque nadie más puede acompañarte?
Frete a un escenario pintado de sangre y serpentinas, el estridentismo de las ideas marca la pauta, y aunque se habla mucho y se entiende poco, yo solo sé que extrañare mucho, permanecer despierta por horas eternas de madrugada y escuchar mis ideas en lenguajes que no tienen palabras, en lenguajes que quizá nadie entiende o no quieren entender.
Coserse en un caldo de sensaciones, de sensibilidad, y llorar por el simple hecho de que extrañaré mucho escribir mientras siento eso que tu críticas , eso que te es incomprensible, eso que no te importa tanto por el hecho de ser diferente.
¿Cuándo debo saber el momento indicado, en el que yo sigo y tú no sigues con migo, aun que te encuentres allí?
Espero el momento, en el que aunque se me estén disolviendo las rodillas por temblar de manera incomprensible, deba dar el primer paso de toda mi vida, y levantar la mirada como si fuera la mujer más fuerte del mundo, sintiendo mis escritos hechos bolita dentro de mi abrigo, mientras los presiono fuertemente, y recordando en las siguientes madrugadas en que permaneceré muy despierta, que en algún momento estuve aquí abusando del café ,divagando sobre las cosas más recónditas de mi mente y trabajando el papel como si se labrara la tierra con los dedos.
Espero el momento en el que aun así, puedas acompañarme a donde voy, y no me dejes olvidar, que en algún momento fui una espora incomprendida que no era capaz de comunicarse, si no era escribiendo.