domingo, 27 de marzo de 2011

Es.




Después de un tiempo,  aprendes la diferencia entre tener una vida por vivir y estar viviendo. Aprendes que los para siempre no siempre significan toda la vida y que una compañía no significa estar al lado de una persona. Entonces, empiezas a aprender que no todo el mundo piensa de la misma forma, y uno empieza a aceptar sus derrotas con los ojos abiertos.
Aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para hacer planes. Y aprendes que realmente puedes aguantar porque somos realmente fuertes.


 
  Con el tiempo comprendes que sólo hay una persona que es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, y que puede darte muchísima felicidad.

sábado, 26 de marzo de 2011

Hay una etapa en la vida en la que buscamos quién nos haga feliz. Existe una segunda parte de esa etapa donde intentamos superar algo que ya no encaja en nuestras vidas. Y una tercera parte donde simplemente vivimos

martes, 22 de marzo de 2011

Misery.

Atragántate con sus lágrimas, sufre en silencio su tortura, carga con su peso, húndete en su miseria, púdrete en su olvido.... y comprenderás su angustia.

Camaleón.

Nunca 
serás capaz de conocer los verdaderos colores de mi alma, Ya que soy solo un espejo, y todo lo que vez en mi es solo un reflejo de las intensiones de tu propio corazón.

lunes, 21 de marzo de 2011

J'aime et je n'aime pas.

Me gustan los recuerdos que llegan con la música, más si hay viento y las cortinas rosan la piel cuando el viento suspira...cuando sucede por accidente, ese placentero enigma de poder recordar lo propio a partir de voces ajenas.

Me gusta ver a las personas e imaginar los órganos y músculos en su interior.

No me gusta preguntarle a las personas lo que les gusta y que me respondan que "de todo", o que "ninguno" o simplemente, “como sea”.

Me gusta no tener un mejor sistema de comunicación que la sonrisa, y más aún cuando proviene de una persona cuyo destino te interesa más que el tuyo.

No me gusta el momento de silencio que se crea antes de irme, por la dichosa sensación de querer permanecer 5 minutos más.

Me gusta capturar la silueta de la ropa en el cuerpo, la caida de la tela y las arrugas que se forman cuando alguien se sienta.
No me gusta la simpleza.

Me gusta caminar sin rumbo, sin mapas, ni horario fijo, me gusta la sensación de no saber exactamente hacia donde voy.

No me gusta que las personas que me acompañan no puedan decidir lo que prefieren.

Me gusta mucho tomar café, agua y vino, porque son el mejor pretexto para la conversación.
Creo que la civilización le debe mucho a beber estos líquidos sencillos que sirven para contar historias, para compartir el sentimiento de querer comenzar algo.

No me gusta, cuando se jala mi cabello.

Me gusta el olor de la tierra cuando se moja y el rumor del mar, quizá son las sensaciones elementales, en las que sientes que la naturaleza es un milagro que te excede.

Me gusta abrir un libro meses después de las vacaciones, y encontrar arena entre sus hojas.

No me gusta que las personas decodifiquen lo que digo.

Me gusta, las sabanas recién cambiadas, de niña me sorprendían el instante en que entraba a la cama y sentía la envoltura fresca, me encantaba seguir el recorrido cansando la parte más fría de la cama.

Me gusta escribir esto.

...

La enfermedad es un peaje amargo, una alcabala, tan caprichosa, capaz de convertir a la muerte en el objeto de todos los últimos deseos.
La segunda frase quizá resuma las existencias de muchos. La Existencia en distintos órdenes de la rutina y de esas aventuras que uno traza a lo largo de su biografía, llenándolas de méritos y, en algunos casos, de prontuarios.
Quiza tan solo  La vida es una sala de espera.

domingo, 6 de marzo de 2011

Indeterminado.

La risa y el olvido serían formas bastante elegantes para enfrentar el mundo que habitamos. Sin embargo, se insiste en la argumentación razonada, el estudio minucioso y el análisis de los hechos. Un desperdicio, sin duda, este de los hombres pensantes que son mal vistos y despreciados por la sociedad en la que viven. Fracaso semejante se parece mucho a un destino, es cierto, pero no deja de ser desolador. Me encamino de nuevo a otro suicidio, pero además de ser mi costumbre, creo que es una manera honrada de vivir, así que entremos de lleno en este penoso asunto.

En un futuro indeterminado, la Sociedad lo controla absolutamente todo. Las raciones de comidas, los trabajos de las personas, sus actividades en los tiempos lúdicos, qué sueñan, qué pueden tener y qué no, de quien deben enamorarse, dónde deben vivir, cuántos hijos pueden tener, cuándo deben morir.