Yo seguía el paquete que a
todos les engulle las manos.
Colocando pañuelos color rojo atados alrededor de sus gargantas para mantener sus cabezas y disimular la sangrienta verdad que sus cuerdas vocales rasgaba desde sus cortezas cerebrales, la cual fabrica las virulentas ideas humanas hasta una tráquea que perfora la pobreza de sus cuellos.
Me volví dando vueltas, para observar alrededor de ellos. Observándolos a todos, se auto mutilaban sin hacer movimiento alguno, ahogándose con la propia sangre de sus gargantas.
Era como si una delgada y filosa hoja los hubiera rosado mientras dormían.
Es fascinante mirarlos, pareciera que sus pupilas formularan un lenguaje en común, se tornan dilatadas, desesperadas...
Como si me pertenecieran, como si realmente yo pudiera salvarlos de sus últimos momentos en medio de la desesperación.
Es tanto el grado que realmente creen que yo puedo darles y quitarles la vida con la facilidad de un suspiro.¿No es acaso que solo soy un instrumento de Dios? Prefiero observar la naturaleza de la vida.Del destino.
Un cadáver tiene una belleza y una dignidad que ningún cuerpo con vida puede alcanzar jamás. Hay una calma en la muerte que me tranquiliza...
Fue cuando Oí los chorros y el goteo de la sangre en la estera al lado de las sillas. La cosa entera duró cerca de tres minutos. Entonces salí, cerré la puerta otra vez y regrese a casa para dormir.
No es demencia...solo excentricidad.
De lo mejor de ti, eso es seguro!
ResponderEliminarNo puedo creerlo eso merece una condecoración. Yo creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras.
ResponderEliminarFascinante.
ResponderEliminarFascinantes son tus ideas chuecas.
ResponderEliminarMalo que nunca dan el el nombre, digo, la cara... Haha.
ResponderEliminarfragilidad, tiene nombre de mujer.
ResponderEliminarEn eso tiene usted razón. Se considera frágil?
ResponderEliminarFrágil no, y tampoco mujer.
ResponderEliminarLas cosas se llaman equívocas cuando tan sólo tienen de común el nombre... Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.
No todo asume un nombre. Algunas cosas van más allá de las palabras al parecer.
ResponderEliminarY entonces uno encuentra textos hasta en los comentarios de este blog, jaja siempre es sensacional visitarte por aquí.
ResponderEliminarEl poeta no cumple su palabra si no cambia los nombres de las cosas... inténtalo.
ResponderEliminarY entonces te retan...
ResponderEliminarEso si es fascinante.
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