miércoles, 22 de febrero de 2012

Serge gainsbourg: con las manos en la musa.

El dirty old man de la canción francesa, murió hace 20 años. Sin embargo, su legado musical es una carga explosiva de irreverencia e innovación que atraviesa las décadas y estalla en el nuevo siglo. Mientras los roqueros anglo rescatan sus temas y pagan tributo a su actitud desafiante, Francia lo recuerda como uno de sus más grandes cantautores.

Te enamoras de Brigitte Bardot y quieres que recuerde tu voz para siempre: tienes una canción de Serge Gainsbourg. Juegas y vuelves a jugar con las palabras hasta que la promiscuidad de sonidos se empieza a parecer a la música: tienes una canción de Serge Gainsbourg. Cantas sobre amor fou, tu infancia judía bajo la ocupación nazi o antihéroes flatulentos, Francia te llama genio y cerdo: tienes una canción de Serge Gainsbourg. Inventas a Gainsbarre, el alter ego vengativo que te mata por haberlo creado: tienes una canción de Serge Gainsbourg. Pero, ¿la tienes? Porque sin una voz grave e hipnótica, corroída por el alcohol y el humo de eternas noches al piano de tabernas sin salida, no tienes nada. E incluso con la voz, te faltaría ese ingenio retorcido que se enquistó en el ye-yé de los años 60 –aquellos chicos y chicas bailando la versión edulcorada del amor adolescente– para darle carne seductora y verbo excéntrico a la provocación sonora.

Con su apetito voraz por las mujeres, el alcohol y los cigarros, Serge Gainsbourg se anticipó a casi todo. Hizo dúos con modelos y actrices –como Bardot y Anna Karina, la musa de Godard–, incorporó ritmos afro a sus temas antes de que apareciera la etiqueta world music, asimiló el reggae y grabó en Jamaica adelantándose a roqueros y punks, hizo de sus letras (muchas intraducibles debido a los juegos gramaticales que permite el francés) un terreno de locura, tristeza y humor y, sin ser estrictamente un roquero, sus excesos, su apariencia desaliñada y su actitud rebelde lo hicieron el más auténtico rock star de la Europa de la época. Los roqueros anglo lo descubrieron tarde, con asombro y culpa, y desde los años 90 se han editado versiones de sus canciones a cargo de artistas como Nick Cave, Cat Power, Franz Ferdinand, Mike Patton (de Faith No More), Marc Ribot, Bret Anderson (Suede), Marianne Faithful, Tricky, Portishead y Jarvis Cocker, entre otros.



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